El Aeropuerto
De la puerta automática salen orientales pequeñitos con maletones, un excéntrico centroeuropeo con gafas de pasta que enmarcan sus ojos,pasa de largo desplazando toneladas de aire,parece un tipo brutal, imaginar un contacto físico con él me produce frío. Se acerca corriendo una niña con tutú rosa a recibir a su papá, su madre la enfundó un vaquero y tenis para escapar al frío, brinca tratando de agarrar la barandilla,salen unas azafatas altivas que taconean fuerte, se saben en casa,detrás vienen unos viejos alemanes abrasados por el sol, deben de vivir unas vacaciones permanentes. La niñita del tutú salta y nos mira,chupa la barra metálica,está nerviosa, su papá no sale. Unas monjitas de países lejanos se arremolinan, nos sonríen a todos, los japoneses sacan sus cámaras; se fotografían. ¿Dónde guardarán tantas fotos? Las puertas se cierran, se abren y un mulato enorme sale con una muñeca . La niña del tutú sale corriendo y se abraza a las piernas de su papá mientras le arranca su regalo.
Begoña Antonio Vallejo